lunes, 17 de enero de 2011

El Desastre del 98: el fin de un imperio, su ahogamiento

Bueno, antes de todo, esto no tiene nada que ver con los temas de los que suelo hablar en el blog, lo único que quiero es mostrar todos los sentimientos que tengo en mi mente, ahora que conozco lo que le pasó en realidad; antes de todo, esto no es una lección de historia. Pero ahora no voy a hablar sobre el trecho histórico ni sobre sus problemas, voy a escribir esto por lo que ocurrió en el año 1898.

Ese maldito año, el desastre que ocurrió, el suicidio de un imperio. ¿Cómo es posible que por una isla perdida en el Caribe, se consiguiera hundir un imperio que había costado más de 200 años en formarse? Un imperio, que lo tenía todo, llegó a tener la posesión en un continente entero, Sudamérica estaba bajo dominio español menos Brasil, Centroamerica estaba bajo dominio español y parte del norte del continente también. Éramos la primera potencia mundial; ni los franceses, ni los alemanes, ni los ingleses, ni los portugueses... NADIE tenía algo mejor que nosotros. Todos guardaban rencor hacia las colonias de ultramar que nosotros habíamos conseguido sin ayuda de nadie, mostrando el valor de adentrarse en un territorio totalmente desconocido y dueño de nadie, meterse de lleno en sus selvas y desiertos, a buscar algo con lo que anunciar el nuevo logro, el logro de haber conquistado un continente entero, dejar grabada su hegemonía en aquel lugar, y lo consiguieron: se puede ver perfectamente en el índice de hispano-hablantes del mundo, en la gran cantidad de nombres y apellidos hispanos en el mundo, en los lugares con nombres en castellano; esto es algo de lo que no nos podemos quejar, hemos dejado una gran herencia alrededor del mundo, hemos hecho historia, y por eso mismo, me siento muy orgulloso de ser español. Todos los esfuerzos de las demás potencias se veían reflejadas en sus politicas de querer hincar el diente al nuevo continente que Cristóbal Colón descubrió en el nombre de España; esas sucias políticas que se hacían sin dar la cara de mandar corsarios, piratas, y demás coyotes ultramarinos a robar lo que era de los españoles, como es el caso de los ingleses u holandeses, que mandaban tropas sin dar la cara, mediante maniobras sucias y despreciables, intentando acabar con nuestra hegemonía, sabiendo que actuaban vilmente y auto-engañándose, haciendo lo que no tenían que hacer; estaban más pendientes en hundir nuestro imperio que en ver si su reino se mantenía a flote, tragçandose antes su sangre que su propio orgullo de ser un pirata, pero siempre la buena imagen por delante, los españoles siempre éramos los malos, siempre. Todos esos esfuerzos acabaron por dar fruto hasta que consiguieron hundirnos y destruirnos las rutas comerciales, todos esos perros asociados entre sí, que serían capaces de matarse entre sí por una embarcación española con rumbo a su tierra. Ellos fueron los mismos que consiguieron crear la independencia de nuestras colonias por... ¿algún motivo especial? No, simplemente por rencor y envidia, queriendo hundir el imperio español, que aún así, soportaba los contínuos golpes que le asestaban por todos lados. Todos los españoles que cayeron en alta mar o en tierra, lucharon por su patria, por su propio honor, lucharon contra los enemigos que lo único que buscaban era el hundimiento del imperio rojo y amarillo; algo que no consiguieron hasta cien años después.

Lo que parecía una simple insurrección se convirtió en la pesadilla de cualquier español, ningún soldado ni político esperaba lo que se le avecinaba a través de esa pequeña isla. Todo el esfuerzo que se había conseguido anteriormente, el trabajo realizado para mantener el imperio, ls colonizacones, la Guerra de Independencia contra los franceses, en la cual luchó hasta el último español, desde ancianas tirando macetas y tiestos a los soldados invasores, hasta niños que abrían la puerta de su casa para sacar su brazo con una navaja, con el objetivo de pillar a algún francés desprevenido. Habíamos sobrevivido a Napoleón, a su hermano, al inútil Fernando VII, a los carlistas, a los problemas y asesinatos que habían provocado que se derramara sangre a lo largo del siglo por cuestiones políticas, militares, o en el nombre de Dios, para que ahora, en sólo dos años, ¿todo sucumbiera y se acabara? Un imperio de más de doscientos años, ¿había muerto? ¿Por, una isla...? Desgraciadamente, sí.

¿Dime, cómo permitieron tus líderes, que un imperio que se había consagrado como invencible por todo el mundo, muriera? ¿Cómo se pudo llegar a eso? La palabra es bastante simple, incompetencia. Depositamos nuestra confianza, nuestra fé, nuestros esfuerzos; en unos incompetentes... Unos señores que provocaron la destrucción parcial de nuestra hegemonía en el Atlántico, en el Pacífico, que hicieron frente al problema como si se tratara de repeler a un grupo de gente con ganas de pelea con armas y con cañas de azúcar como escondite. Pero lo peor vino cuando se avecinaba la guerra contra los Estados Unidos de América; la confianza y prepotencia que se tenía cuando enviaron a los más de 430.000 soldados hacia aquella isla, como si aquello se fuera a acabar en un par de horas. Pues así fue, en un par de horas la armada española, que disponía de aproximadamente 5 embarcaciones oxidadas junto con una de madera, frente a los 11 acorazados modernos de EEUU, sucumbió ante la flota naval americana, dejando un índice de 371 muertos, 151 heridos, 1.670 prisioneros y, por supuesto, las seis embarcaciones perdidas. ¿España? Bueno, sólo causamos una baja y dos heridos... increíble. Todos los militares españoles que no murieron a bordo de sus barcos, o ahogados en las costas cubanas, murieron de hambre y frustación en aquellas zonas de concentración de población que llevó a cabo el señor Weyler, zonas abandonadas de cualquier mendrugo de pan o agua limpia donde morían tanto isleños de todas las edades, como españoles que esperaban con ansias alguna caja con suministros.


Pero no todo fue culpa de nuestros queridos gobiernos, los americanos también participaron en el suicidio de esta nación. De hecho, ya estaban planeando el sustituir el dominio español de la isla, con el mismo motivo de siempre, por gusto. El mister McKinley, líder de los republicanos norteamericanos, cometió la gran falta de respeto, aparte de querer comprar nuestra hegemonía con 300 millones de puercos dólares, de culpar a los españoles de algo que no habíamos hecho, aprovechando la fortuita voladura de uno de sus acorazados, el Maine, que voló en mil pedazos en el puerto de La Habana, para así conseguir una excusa sucia con la que poder declararnos la guerra y robarnos ese preciado imperio que teníamos; una excusa falsa para ocultar la maldad con la que actuaban y quedar como los héroes frente a sus insensatos ciudadanos. Viendo el panorama, ya tenían un motivo con el que aplastarnos, y nosotros, como buenos creídos que éramos, dirigimos a la isla miles de soldados hacia la muerte, cubriéndola como una aplastante victoria y un gran prestigio a nivel mundial. Por eso, al ver aquellos acorazados del tío Sam, frente a las embarcaciones españolas (cabe destacar que una de ellas era de madera) alguno de los oficiales, como el almirante Cervera, que ya veía la clara derrota desde el principio, incumplió las órdenes de sus superiores y salió del puerto de Santiago de Cuba dirigiendo las embarcaciones pegadas a la costa cubana, para así salvar al mayor número de vidas posibles entre sus soldados; lo hizo como un verdadero héroe, aunque no fue el único, ya que algunos murieron en combate por su patria, sabiendo que aquello no tenía futuro, pero aún así, se arriesgaron con sangre fría a por aquellos yankees que les habían robado Cuba. Entre los americanos no cabe destacar ningun héroe, ya que el jefe de operaciones gringo se encontraba papando moscas cuando el conflicto estalló, y no se quiso acercar hacia el combate hasta que ya vió que las últimas embarcaciones se daban a la huída por falta de cañones o artillería, cosa que el gobierno español no había contado (anda, que cosa más tonta ¿eh?; ya decía Cánovas que había algo que no cuadraba al enviar un barco totalmente desprovisto de artillería como es el caso del Cristóbal Colón) huyendo de aquella verdadera escena del crimen, no por miedo ni cobardía, si no porque era correr o morir. Habría que destacar el ejemplar almirante Villaamil, que murió mientras él mismo subía en persona a la torre de defensa a seguir pegando cañonazos a los americanos mientras su barco se hundía, mientras sus ocupantes quedaban cubiertos de agua o salían cagando leches de aquel infierno. Aquello  fue como ver la punta del gran iceberg que asomaría años después, mientras España se recuperaba de su gran caída que le había costado un imperio de varios centenarios, un imperio de valor, esfuerzo, supremacía y maestría, que en sólo un par de horas, había muerto, se había estado ahogado al igual que las fuerzas navales españoles en las aguas de Cuba, el momento de "tocado y hundido" del imperio.

Pero no solo perdimos Cuba, sino también Puerto Rico, las Filipinas y las Marianas, éstas últimas por cortesía de la casa... Los americanos nos robaron el imperio, y me cuesta creer que en nuestros días, se haya perdido el rencor y venganza hacia estos piratas que colaboraron en la desintegración de nuestra patria, que quedó reucida a una potencia europea, no segunda, si no tercera clase. Para colmo, la falta de respeto hacia nosotros vino al hacer viñetas humorísticas sobre la muerte de muchos de nuestros militares, y el robo de alguna de las embarcaciones que no participaron en la guerra, como trofeo. Pero aunque esos barcos porten la bandera americana, llevarán tornillos españoles, y aunque se hicieran con parte de nuestro imperio, nunca consiguieron, ni conseguirán lo que España consiguió. Todavia me pregunto por qué la gente, en la actualidad, los estudiantes sobre todo, ven la historia española como un coñazo, una obligación, la ven sin utilidad alguna; sin respeto alguno al ir por ahi quejándose del gran tamaño dle temario y de las esplicaciones. ¿Cómo no ven el esfuerzo que millones de españoles hicieron a lo largo de estos siglos para que ahora tú puedas disfrutar de la nación en la que vives? Gente que dió sus vidas, mártires, que lucharon por su patria, dar la vida por un país, unas raíces; bueno, puede que tus familiares se pasaran la vida empeñados en un cerro paseando ovejas, pero es la historia de TU país, tu tierra, donde vives, y no la de ningún lugar sin importancia. Por lo menos, lo único que pido es un poco de respeto hacia nuestra historia, porque si es un coñazo, porque si es muy extensa, porque si es un "pelotazo"; es por algo: y es porque España tiene y ha hecho verdadera HISTORIA, ha hecho leyenda, y por eso, por todas las cosas que han quedado grabadas para la posteridad, hay que sentirse orgulloso de SER ESPAÑOL.

Para acabar, quería hacerle una referencia al famoso dicho "todos los imperios caen", aplicable al nuestro, y que aplico al americano, porque cuando caiga, yo estaré allí para observarlo, ver como el imperio que nos robó nuestro honor, se hunde, al igual que se hundió el español en las aguas caribeñas.

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