lunes, 3 de enero de 2011

Adiós bailarín, adiós

En esta entrada voy a hablar de uno de los personajes que se ha convertido en uno de mis ídolos hace tiempo, y no por la cara, si no porque me dejó estupefacto, a pesar de todo. Digo a pesar de todo porque su vida musical estuvo llena de altibajos, la mayoría por las críticas que se hacían hacia él y hacia los integrantes del grupo, y no a su música. Estoy hablando de lo que fue el vocalista y bailarín del grupo de música disco Boney M., que tanta fama tuvo en Europa, sobre todo en España. Boney M. fue uno de los grupos pioneros de la música disco y funk en Europa, ya que este grupo tiene sus orígenes en Alemania, bajo la dirección del productor Frank Farian.El grupo nació de una simple tontería, en la cual acordaron grabar una canción entre los integrantes de un estudio de grabación, incluido el propio Farian. Al tema se le llamó Baby Do You Wanna Bump? Una canción de esas que te apetecen para que una tia te baile; Do you wanna bump? pregunta una voz grave y comienza un ritmo disco. La canción es una composición con una voz grave masculina que sigue preguntando: ¿Quieres hacer el bump? B-U-M-P Bump.
 Viendo el éxito que tuvo el tema, al productor no le quedó otra que crear un grupo al que se le atribuyera ese hit. Así nació Boney M., momento en el que empezó a recolectar éxitos como Daddy Cool, Sunny, Ma Baker, Rivers Of Babylon o Rasputin. El grupo se mantuvo oficialmente hasta 1986, año de su separación, aunque hasta 2008 siguieron haciendo cameos o versionando para programas, la mayoría de las veces el grupo sólo tenía un sólo integrante original, los demás eran actores.


Pero el tema es el bailarín y líder de este marvilloso grupo, al que se le hizo llamar Bobby Farrell, o más vulgarmente conocido aquí, el negro de Boney M. La verdad es que se hizo popular por su forma de bailar en sus directos, fue uno de los elementos que dio fama al grupo; la danza de Farrell supuso para mí algo que no había visto nunca, algo que me dejaba los ojos como huevos duros, bueno, para aquel entonces era un niño de 15 años que estaba alucinando con el baile de Daddy Cool. Pronto se convirtió en uno de mis principales ídolos, que me hacía reír y alucinar el colores con sus bailes, de provocarme esos deseos de llegar a bailar alguna vez como el, o por lo menos acercarse; lo veía como algo imposible. Me ponía Boney M. a todas horas, mientras jugaba, mientras dormía, incluso en la ducha. Me acuerdo la vez que me descargué un paquete con 73 canciones de su discografía, todas variadas. Me tiré una tarde entera escuchándola, mientras estaba jugando al Simcity. Para cuando terminé, me encontré con el mensaje de uno de mis amigos, "tio para ya con boney coño!". La verdad es que tenía razón, me dolían hasta los oídos, no del volumen, sino del tiempo. Cuando ya llevaba meses escuchando al grupo, te podía cantar todas las canciones que quisiera, me sabía hasta las caras B, o por lo menos tararearlas, a fin y al cabo, era lo único que escuchaba. Aún las recuerdo en mi cabeza y en mi mente, sabría cantarte hasta el monólogo del policía en Ma Baker.

Pero los bajones vinieron cuando me puse a leer la biografía del grupo en una de las páginas de fans. Bobby Farrell, mi principal ídolo, no cantaba en los directos, y peor aún, es que no cantaba en ninguna. Esa voz grave característica que sabía imitar, era la de su productor, Frank Farian. Todas las canciones que había escuchado, todas, cantaban todas menos mi ídolo. Esto me chafó muchisimo, hasta que poco a poco fui dejando el grupo, aunque se me antojaba alguna que otra canción de vez en cuando. Lo que sí recuerdo es esas maravillosas tardes que me pasaba escuchando el grupo, tanto con la voz de Farian, como la de Farrell, o la de Regie Tsiboe, el sustituto de Bobby en los ochenta. Y cuando me viene una canción, o la escucho por ahí, en mi cabeza recuerdo la letra, recuerdo los pasos, el ritmo, esos buenos tiempos que pasé con este maravilloso grupo pasado de moda para aquel entonces. Por eso, cuando escuché que el pasado día 30 de diciembre, mi ídolo, ese bailarín al que siempre quise imitar, falleció en un hotel de San Petersburgo, a los 61 años de edad, mientras dormía, se me vino el mundo encima, aunque fuera nochevieja. La verdad es que a sus años, aún estaba dando conciertos y bailando, aunque ya me daba penilla verlo, tan viejo y desgastado, ahí dando botes de un lado para otro con una peluca falsa.

La verdad es que desde aquí quiero rendirle homenaje, a ese gran ídolo que tuve de pequeño, ese ídolo que me mostró lo que sería el primer estilo de música al que me aferrara. Siempre que me acuerdo de un ritmo de Boney M., me acuerdo de él, cuando a mi padre le da por cantar alguna letra, me acuerdo de él, cuando me dieron la noticia, no me lo podía creer, pero aún así, lo estuve recordando con una sonrisa enorme (entre pequeñas lágrimas, eso sí), porque gracias a él, sé bailar, y me río cuando lo hago, ya que ese sueño de poder bailar como el negro de Boney M. aún sigue vigente en la más paequeña parte de mi mente infantil. Nunca olvidaré esas capas tan extravagantes y a la vez formales que llevabas en tus directos; se ha ido un pedazo de artista. D.E.P. Alfonso "Bobby" Farrell.

Para firmar, me gustaría utilizar una de las últimas canciones, una en la que están todos los componentes del grupo original, y en la que cantan todos, incluído Farrell.

Lechugo

1 comentario:

  1. ¡¡¡Qué grande!!!!. Yo también soy muy fan de Boney M y de la música disco en global desde la infancia; mi padre tenía casettes y yo me quedaba boba escuchando esas canciones, o si salían en TV, qué grande Bobbi bailando!!!!. Supremos. Boney M inmortales = al igual que la auténtica buena música de baile, que es y será siempre la disco de los 70 y 80.... qué pena no haber vivido esos años (los 80 sí pero de pequeña, y claro, no tenía edad para ir a las discotecas). Gracias por la entrada y por recordar al grandísimo Bobbi...

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